"False God" de Taylor Swift es una canción sobre una relación tumultuosa que puede no ser considerada aceptable por la sociedad, pero que vale la pena luchar por ella. La canción comienza destacando los riesgos tomados y los bajos experimentados en la relación, pero la cantante aún quiere trabajar en los problemas. El pre-coro alude al hecho de que otros les advirtieron sobre los desafíos de la relación, pero la pareja está dispuesta a seguir su fe ciega y hacer que funcione.

El coro sugiere que la relación sirve como una religión: es algo en lo que pueden adorar y confiar, incluso si no es aceptable para los demás o si se basa en un "falso dios". La cantante incluso ofrece su propio cuerpo como altar para este amor.

El segundo verso profundiza en los altibajos de la relación, con la cantante reconociendo que lo bueno vale la pena lo malo. El segundo pre-coro destaca cómo sus roles se invierten, con la cantante asumiendo el desafío de mantener la relación unida.

En general, "False God" es una declaración de amor que puede no encajar en las normas o expectativas sociales, pero que aún vale la pena mantener. La cantante afirma que su amor vale la pena adorar y luchar por él, independientemente de cualquier objeción u obstáculo.